miércoles, diciembre 28, 2005

La monitora "Pentouse"

Hace días que escribí acerca de una profesora de spinning que tengo en el gimnasio. Pues bien, ayer decidí entrar en clase de aero-box, por probar. La clase estuvo bastante bien, aunque una se ve un poco ridícula intentando dar golpes al aire como un boxeador o dando los saltitos de rigor, o lo que es peor, las patadas laterales. Pero bueno, a mí me gustó y creo que pillé los pasos enseguida. Y como os dije el otro día, hay distintos tipos de profesoras en un gimnasio. Y la de ayer, era una joyita.
Cómo explicaros... Ella es de la categoría de las buenorras, que se lo creen, que lo saben y que se lucen (olé por ellas, tener ese cuerpo y no lucirlo es una tonteria). Y claro, lleva micrófono tipo Madonna cantando "Vogue" (si es que es de manual, no falla). Muy delgadita, con las piernas sin nada de celulilitis, super tetas de silicona (ya puede haber un terremoto, que no se mueven), rubia... Voy a ser sincera, y sin que suene a envidia, no era precisamente guapa, sino una chica "normalita" en cuanto a cara se refiere. Os puedo asegurar que era igualita que una chica de revista porno, una chica que perfectamente podría salir en un reportaje de "Penthouse" (y esto me recuerda al episodio de "Aida" en el que Mauricio, el del bar, decía "pentouse" para referirse a dicha revista). Eso sí, amigos, todo no podía ser bonito, algún defecto tendría que tener... y es que todo lo buenorra que tenía lo tenía igualmente de basta. No os puedo transcribir todo lo que le oí decir durante y después de la clase, pero las "ohtiah" (que no ostias) y "capulloh" salían cada dos por tres de su boca. En la clase dijo: "Tías, en la prosima clase loh vai a flipá, oh voy a poneh a hacé quinienta ardominaleh" (con risa floja detrás). Que no digo yo que ella tenga que hablar de una manera o de otra, pero un poquico de esfuerzo que le ponga y un poco de vocalizar, y de hablar más suave (sí, hablaba pegando gritos).
Al menos ella no es de esas monitoras que se hacen las super-o-sea hablando, má bien todo lo contrario... Eso sí, le pone el tono de sargento, nos mata a hacer deporte y lo mejor es que cuando cuenta, parece italiana...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, bueno. Me gustó la historia, me he reido mucho, hasta...llegar a lo de la pronunciación. ¿Has oído decir alguna vez que "...de Dejpeñaperros pabaho é otro mundo..."? Que vocalizar ni po*las en vinagre. Que viva Andalucía, Blas Infante y esos hablares auténticos. Esas haches aspiradas, ese ceceo y esas eses "joteadas". Por mucho que te "raje" los oídos, los más ridículo en este planeta es un andaluz(a), intentando "vocalizar", cuando nunca lo ha hecho en toda su puñetera vida. Suena como la Omaíta: "Antonias, hijas, no seas ordinarias..."
Como dice una amiga mía: "Ejtoy hajta er moño de loh Borjamarih ejtoh, con tanta esse y todah en zu zitio, me ponen enferma..."
Auténtica, ¿no? Como la sargento de silicona del "girnasio" de Ester, je je.

Anónimo dijo...

¿Porqué la mujeres sólo critican a las tias buenas y los hombres a los tios buenos? "No, no es por envidia ni nada de eso, pero es que...","no es por criticar pero..." Cada vez que vemos un tio/a bueno/a nos tiramos a criticarlo buscando cualquier defecto posible hasta el más mínimo "Brad Pitt estará mu bueno pero tiene el dedo anular del pie derecho 1 mm más largo que los demás...." , "Cameron Díaz estará mu buena pero tiene abiertas las puntas del pelo de la nariz..."
Yo tengo envidia de Brad Pitt ¿y qué? , a mucha honra.

Sra. Amparo dijo...

No es porque se "coma" las letras (que por aquí todos nos las "comemos" ni pronunciamos las eses y decimos pá y tó y todo eso), iba encaminado por otro lado, una mezcla entre vocabulario malsonante y hablar con la boca muy abierta... Ahora que has sacado el tema, sí es cierto que queda ridículo intentar hablar "fino" o con "eses" si no lo haces nunca, pero una cosa que tampoco me gusta es la gente que exagera a conciencia su acento, vamos, que no queda natural.
Y ya que negro ha sacado también el tema de criticar a las tías buenas, pues supongo que la diversión está ahí, en sacarles defectos aunque no los tuvieran.