jueves, octubre 18, 2007

El Amor Platónico de la Adolescencia

Hace muchos años, tuve un auténtico y verdadero Amor Platónico. Como creo que muchos de vosotros, la adolescencia es una de las cosas que tiene...



Lo tipico: el campamento de verano cuando acabé 8º de EGB. Un sitio muy bonito, muchos chicos de nuestra edad. Las habitaciones de los chicos, las habitaciones de las chicas, las excursiones, los talleres, las fiestas, las gymkanas, las visitas al pueblo... Yo casi que fui obligada por mis padres y al final fue uno de mis veranos más felices.



Enseguida me hice muy amiga de una chica de Segovia y éramos casi inseparables. Ella se fijó en un chico de Madrid muy tímido, como ella. Y yo, me hice amiga del que fuera mi compañero de casi todos los talleres. Y nos sentábamos juntos para comer, nos intercambiábamos gorras, mochilas y camisetas. Y cantábamos juntos canciones cuando volvíamos del pueblo por la noche. Y siempre íbamos pegados como lapas. No era nada cursi, aunque lo pueda parecer, porque yo, era feliz teniendo un amigo así, era muy inocente y no pensaba en mucho más. Siempre me he llevado bastante bien con los tios (de hecho en el instituto unos de mis mejores amigos era tio) pero entonces no me planteaba que pudiera gustarles, y a él menos, lo veía como algo inalcanzable. Me quedaba taaaaanto por aprender!





Hasta que un buen dia llegaron los hijos y sobrinos del dueño del campamento. Y la hija, aparte de ser una adolescente muy guapa, era demasiado espabilada para su edad, y tenía fama de enrollarse cada quincena con algun crio, el que más le gustara (y luego lo comprobé, porque después estuve 2 veranos más y era cierto). Y "me lo quitó", al día siguiente de llegar. Entonces me puse de muy mala leche, sentía unos celos enormes, la llamaba hija de puta cuando no me oía, para mi misma. No me había dado cuenta de que él me gustaba mucho y que ya no tenía nada que hacer, salvo seguir siendo su amiga. Era feliz cuando ella se iba para su ciudad y no volvía hasta el día siguiente, o cuando no estaba con nosotros en las actividades o en la hora de comer, porque volvía a recuperar mi terreno. Al menos él siguió igual conmigo, pero menos tiempo.


Y cuando llegó el final, todos lloramos mucho y durante un tiempo nos escribimos cartas, con mi amiga y con él. Y era lo único que quedaba, porque yo nunca le dije nada hasta muuucho tiempo después, cuando ya era más tarde todavía, por carta. Me devolvió una carta muy bonita, "es una pena que no tenga amiga como tú aquí, siento haber estado con ella porque al final se portó muy mal (cierto)..". La primera en la frente del tipo "te quiero como amiga" (se me escapó el tren, a joderse Amparo). Al menos fue sincero.


Éramos unos críos, ahora suena casi infantil, pero a pesar de todo, esos quince días tan buenos me hicieron volver dos veranos más, que aunque no estuvieron mal, no fueron como ése.

Era un chico de pelo negro, de ojos negros, de pestañas largas, de piel muy morena, de boca perfecta, con dos hoyuelos tremendos al lado de los labios, de sonrisa casi perenne, alto y delgado. Tenia una hermana, que pareciéndose mucho a él hasta en los hoyuelos, no era ni la mitad de guapa. Eramos críos cuando nos conocimos, con catorce años, aunque estaba mucho más crecido que los demás de su edad; años después le volví a ver y seguía siendo igual de guapo, aunque ya no me parecía tan simpático, se lo tenía un poco creído (normal).

Hoy me ha venido ese recuerdo al ver un nombre y apellidos como el suyo de casualidad, y aunque luego dejé la inocencia y la inseguridad de ese verano, él siempre fue mi Amor Platónico de la Adolescencia.



¿Cómo era el vuestro?

8 comentarios:

Meg dijo...

Se llama A.F.C.G. y empezó a venir al colegio cuando empezó 6º de EGB, aunque yo no me fijé en él hasta que él estaba en 8º y yo en 7º. Era alto, moreno, ojos marrones y un poco culón, pero tenía una carita de ángel preciosa. A través de una amiga le mandé un mensaje y no me contestó, pero cuando se enteró que me había pasado todo el día con un chico llamado Ángel de mi clase en una excursión, le entraron los celos y me contestó con otra nota, preguntándome si era verdad o no. Me acuerdo que venía desde su pueblo a vernos jugar al balonmano y se quedaba remoloneando tras los partidos. Sin embargo, no nos hablábamos nunca, jamás cruzamos más palabras que un simple "hola". Eso sí, en la función final de curso, salí haciendo el mongui en plan play-back y después de cambiarme en el baño, me esperó a la salida y me dijo que le había gustado mucho, se acercó y me dio un beso en los labios (¡¡mi primer beso!!). Luego salió corriendo y ya no lo volví a ver, él terminó el colegio y yo seguí esperando.

Hace dos años, en la consulta del médico, me fijé en la persona que iba delante de mí. Se llamaba A.F.C.G., pero de primeras no lo relacioné con él. Cuando salió y lo ví, me acordé, estaba guapísimo: alto y espigado y con su carita de ángel. No creo que él me recordara, pero yo entré a la consulta que me daba algo.

vainilla dijo...

El mio era Mikel Erentxun, el cantante de Duncan Dhu, podeis reiros.... Ahora lo veo feo.
Por cierto tu historia me ha recordado al GH actual, al trio Piero-Melania-Rodri

Anónimo dijo...

El mío era un profesor...Bueno, no era uno....Eran varios....Precoz ke era uno, oiga.
Y su historia es preciosa.Muy, muy bonita.

Equipo redactor dijo...

FUSIFORME/ Yo no tuve nada de eso hasta bastante más tarde que esas edades que estais poniendo, no sé si porque los chicos para eso vamos siempre un poco menos espabilados que vosotras a esa edad o porque a esa edad yo me debatía ya en otras circunstancias que no me llevaban por esos derroteros precisamente. Eso sí, cuando lo tuve, lo tuve pero bien.... Fue un chico del pueblo, al que había estado viendo toda la vida, unos cuatro años mayor que yo y que, por supuesto, no entendía (o eso parecía) y se estaba estudiando las oposiciones a guardia civil (que más tarde aprobó). En cualquier caso todas aquellas miradas calladas que nos cruzamos no creo que fueran una "actitud" por su parte, no tenía por qué, tenía novia, grupo de amigos heteros... Después de tantos años cuando nos vemos por el pueblo, que es muy de uvas a peras, y nos cruzamos nos lanzamos una sonrisa maliciosa, un "hola" y una mirada que me traen algo de nostalgia y el recuerdo de que ese primer amor no se termina de olvidar nunca.

J-vol dijo...

Todos los amores, platónicos o no, ya tienen hijos con otros.

Sra. Amparo dijo...

Bueno, se me olvidó decir que nos dimos dos castos picos en algun juego de esos chorras que haciamos todos en el porche,... Y cuando faltaba más de medio circulo para que llegara mi turno ya se me estaba saliendo el corazón por la boca! (me da mucha risa, ay que tiempos!!! ja ja ja)

la nena dijo...

El mio tenia apellido compuesto!!!!!!¡¡¡¡¡
Era de mi cole y me encantaba. Jugaba al baloncesto, y era el guapote de la clase. Un dia que fuimos al teatro con la clase, se sento a mi lado y me dijo que yo le gustaba.
Fuimos en 7 de EGB al cine a ver "Bailando con Lobos". Cuando paso ese verano (solo nos veiamos durante el curso) él se enrolló con una gilipollas de 8ªA, pija de mierda, y a mí me dejo echa polvo.
Despues yo me cambié de Instituto y él se fue a vivir a Granada....
Se llamaba I de S.O.F.
Ains... q tiempos....
Aunque yo creo que siempre tendremos amores platónicos.

EL INSTIGADOR dijo...

Yo hasta los 14, el único amor platónico era el arroz con leche, por eso estaba tan gordito, pero di un estirón que me eliminó la grasilla y me enamoré de Eva tan perdidamente, que perdí curso. Era preciosa pero no me hacía caso. Jamás conseguí hablar con ella más de 2 palabras y el trance me duró muchos meses. La he vuelto a ver y como antes, no me atreví a decirle nada. Lo que se ha perdido, jeje