Así que espero que éste no sea sólo el único que escriba, porque yo estoy encantada de publicar cosicas que no sean mías.
Totas, muchas gracias, ¡y que te den!
Ahí va eso.
CAPÍTULO I
MODA O M.O.D.A. (Más. Oro. Da. Amparo.)
Resulta casi imposible olvidar los destellos permanentes que desprenden las auténticas ventanas castizas del típico barrio arraigado a las más fieles tradiciones, como la de colgar la ropa en esos escaparates de clavel. Está comprobado científicamente que, a pesar de lo desmentido por los endiosados en las tendencias, la pasarela más imitada también resulta ser la menos reconocida. Injusto, sí, pero tan cierto como que el pirata pasó a mejor vida hace más de lo que l@s que lo llevan se piensan.
Estos tenderetes callejeros, resultan de gran utilidad para l@s entendidos en lo más in, y no sin razón. ¿O quién de nosotros no ha marcado tendencia imitando los atuendos de algún tendedero de barrio? Amig@s, pese a quien pese, los mecanismos de la moda no son más que el reflejo de un clamor popular asomado a una ventana. Significados aparte, voy a detallaros el comportamiento de una frogui endemoniadamente susceptible de esta influencia.
Por llamarla de alguna forma, llamémosla “la loca al amparo de la ley”. Pues bien, hace algunos años, en una remota ciudad, hacía transcurrir sus días una apasionada de la farándula y el frikismo exacerbado. En una mañana del frío insoportable invierno chonopa, alguien llamó a su puerta y, a escasos minutos del timbrazo, ella se dispuso a contemplar, lo que más tarde, se convertiría en su única pasión.
- Buenos días Loca al amparo, pensé que no te encontraría a estas horas en casa, ¿tienes un ratito? tengo que proponerte algo realmente interesante -Era Loguen, su antigua compañera de faena.
Los jueves, Loca al amparo solía madrugar para acercarse al mercadillo, pero esa mañana, sin saber por qué, sintió que debía quedarse en casa
- Nena, ponme un café y vente para el salón anda, que te vas a quedar de piedra –le sugirió Loguen-
Loca al amparo, se dirigió a la cocina, enchufó la cafetera y aprovechó mientras se hacía el café para atusarse su rubia melena en el espejo del pasillo.
- Nena, ¿pasa algo? te noto acelerada desde que entraste –preguntó, a partir de ahora, La loca.
- Pues mira, de momento no, pero no sé qué decirte, todo depende de cómo se te dé coser –contestó Loguen.
- Pero nena, ¿qué es lo que es eso tan importante que me tienes que decir? –
La loca dejó de enredar su pelo y se fue hacia el salón.
- Anda, tráeme un café y ahora te explico, que estoy seca –demandó Loguen-.
La loca sirvió el condimento, y una vez sentada, Loguen se dirige a ella y le dice:
- Una cosa te voy a decir, aquí el que no hace negocio es porque no quiere –expuso intrigante
- ¿Y eso por qué lo dices? –preguntó La loca
- Porque tengo la solución a nuestras miras profesionales –sentenció Loguen y siguió diciendo- Ayer por la tarde estuve en casa de la Ge-Vane!, por eso de colocarle alguna otra crema para la cara, ya sabes que esta mujer, con tal de verse más joven es capaz de ponerse un plasma en su jeta, así que le colé dos de hidratante, un tónico, cinco ampollas y un exfoliante. Pues mira, me saqué para el traje de la boda del Lola-trama.
Loguen, desde que dejó su trabajo en el periódico –donde hacía el reparto diario de la prensa a los kioskos-, había dedicado todas sus fuerzas a vender lo que se le pusiera por delante. Desde hace algunos años, vendía productos faciales de una multinacional alemana con sede en Barcelona, donde estuvo poco más de un mes aprendiendo las técnicas de venta para hacerse más tarde técnico oficial de catálogo facial.
TO BE CONTINUED…
2 comentarios:
Gracias a ti loqui, sos reeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee reeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee reeeeeeeeeeeeeeeeeeee chiquita!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Besos,
Mi sueño siempre fue ser mujer de Avón vendiendo productos de puerta en puerta...
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