viernes, julio 30, 2010

Playa (sí, 500 días de verano, por favor!)

Esperamos que la fiesta sea tan divertida como la del año pasado, aunque no sea por cumpleaños. Y este, además es en esa pedazo de playa... ni mujeres ricas, mi marujas perras, ya veréis. Y para ponerle imagen y música, esta canción y esta peli tannnn chula.

martes, julio 20, 2010

Encuentro desafortunado

Cuando por fín encuentro un lugar en el que seguro que estaría, no quedaban, y no sé cuándo volveré por el Rastro. Antes o después acabará en el sitio que le queda reservado, que para eso siempre está internet!

viernes, julio 16, 2010

Yellow

Amarillo del sol que me espera este fin de semana, de perder la vista en el infinito para ver atardecer o anochecer, de que las velas se consuman mientras pasan las horas, de descansar en definitiva después de una semana brutal, de ir recogiendo por fin las cosas que han llevado su tiempo, un círculo que se cierra justamente un año después (otra vez las casualidades), un lugar en el que también el amarillo tiene su importancia, un lugar que dará muchas satisfacciones (espero). De sol, de playa, de música, de moñetes y de, quién sabe, toallas rojas.
Qué canción más bonita, lleva por mi cabeza un par de semanas...

domingo, julio 04, 2010

Música para la vuelta


Después de un fin de semana intenso. Los pies seguirán doliendo hasta dentro de dos días más. Y el sueño no se irá tampoco hasta ese momento. Y vuelves a casa compartiendo tu cansancio y tu energía positiva y suena esta maravillosa canción, que es la mejor forma que se me ocurre para cerrar la semana.




jueves, julio 01, 2010

Casualidades y (re)encuentros

Como bien dice una de mis películas favoritas (y va también por ti, Safu), estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande. No es cierto al cien por cien (que la esté esperando, porque todo funciona mejor si no esperas, pero supongo que es una forma más bonita de decirlo), pero la verdad es que las cosas más chulas siempre esconden una casualidad para contar.
Pero también hay casualidades más pequeñas que hacen que tu día sea diferente, que no se olvide.
Fin de semana pasado.
La primera casualidad me lleva a encontrarme con un compañero de clase y al que hacía perfectamente quince años que no veía, nos hizo mucha ilusión volver a vernos, que la vida nos vaya bien.
La segunda casualidad me lleva a la noche del sábado a encontrar en un corto lapso de tiempo a dos personas a las que hacía un tiempo que no veía, y por motivos bastante opuestos. Con una la casualidad me hizo sentir regular pues había pasado un mal momento (si no llega a ser por la casualidad no me hubiera enterado, al menos no tan pronto) y con otra me hizo, por fin, decir dos o tres cosas que llevaba queriendo decir (si no llega a ser por la casualidad no se hubieran aclarado las cosas y no me hubieran pedido perdón).
La última y más bonita casualidad me lleva el domingo a que un plan improvisado me haga volver al lugar de veraneo de hace 20 años (los mismos que hacía que no volvía), a comer enfrente de la misma casa donde jugábamos a las cartas los domingos por la tarde y nos juntábamos todos los primos los meses de julio y agosto, y a volver a ver que, vieja como ya era antes, la casa sigue en pie. Recordar cuando jugábamos al escondite en esa calle con los vecinos, cuando íbamos a cambiar comics cada dos días a la tienda, cuando no nos dejaban ver los dibujos porque a mis primos que eran todos mayores les gustaba más ver las carreras de motos y nos peleábamos porque no respetaban la media hora sagrada de Isidoro el gato (o lo que es peor, Los Fruittis o Ferdy, la hormiga!!!).
Sin pretenderlo y sin imaginarlo, voy coleccionando los mejores fines de semana de mi vida, llenos de casualidades.